2 de junio 2024
Jonás 1:1-3 (NVI)
"La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitai: 'Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella, porque su maldad ha llegado hasta mi presencia.' Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor."
La historia de Jonás es un recordatorio poderoso de la misericordia de Dios y de nuestra necesidad de obedecer Su llamado. Jonás fue un profeta que recibió una misión clara de Dios: ir a Nínive y advertir a la gente sobre su maldad. Sin embargo, Jonás decidió huir en la dirección opuesta, hacia Tarsis, intentando escapar de la presencia de Dios.
Jonás pensó que podía evitar la tarea difícil que Dios le había encomendado, pero pronto descubrió que no hay lugar donde podamos huir de Dios. En su huida, Jonás fue tragado por un gran pez, donde permaneció tres días y tres noches. Desde el vientre del pez, Jonás oró a Dios, quien lo escuchó y lo liberó.
Dios es infinitamente misericordioso, pero no podemos jugar con eso, necesitamos obedecer en el momento propicio y de esta manera encaminarnos por la guianza de su amor y su plan para nosotros.
Oremos:
Señor, te agradecemos por la historia de Jonás que nos recuerda tu infinita misericordia y paciencia. Ayúdanos a obedecer tu llamado, incluso cuando sea difícil. Perdona nuestros intentos de huir de tu voluntad y danos la fuerza para seguir tu camino. Que podamos confiar en tu presencia y en tu amor incondicional. Amén.
Bendita paciencia eterna 🙏
Amen
Amen
Amén
Amén🙏🏻Gracias Dios por todo