Exceso de equipaje

"Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado."Isaías‬ ‭43‬:‭18‬ ‭NVI‬‬

El tema del equipaje en nuestra vida cotidiana es interesante. Cuando compras un tiquete de avión, y seleccionas una tarifa básica, solo puedes llevar un artículo personal. Pero si deseas un equipaje más grande o pesado, deberás pagar un costo adicional. Este concepto me llevó a reflexionar sobre el tamaño de nuestra maleta personal, esa maleta que, muchas veces está tan pesada. Así es como el enemigo quiere que nos veamos llevando una maleta llena de pasado, de dolor y de comparación. El enemigo siempre querrá que te concentres en tu pasado, porque no desea que experimentes la vida abundante que Dios tiene para ti.

El pasado se siente como llevar exceso de equipaje, te pesa e impide que te muevas hacia todo lo que Dios tiene para ti. Él quiere hacer algo nuevo en ti, entregarte nuevos sueños, nuevas personas y nuevos lugares.

Permanecer mirando tu pasado, ya sea por una situación traumática en tu infancia o por algo que sucedió ayer, solo te paraliza. No solo hablo de recordar esas experiencias negativas del pasado sino también que concentrarte en tus éxitos pasados hará que te duermas y quedes estancado. Anhelar el pasado, es un pecado contra Dios, porque implica pensar que lo que fuiste o tuviste es mejor que lo que Él quiere darte, incluido si antes viviste en un entorno de dolor, tristeza, malos hábitos y malas decisiones, piensas.

El pueblo de Israel cayó en la misma trampa del enemigo. Le reclamaban a Moisés que preferían haber permanecido en Egipto, bajo la esclavitud y maldad del faraón, en lugar de seguir adelante hacia lo que Dios tenía preparado.

¿Cuál es ese Egipto en el que te has quedado cómodo, impidiendo que te muevas hacia la voluntad de Dios? Ese Egipto no solo te hace pensar que nada bueno sucederá sino que condena tu futuro a repetirse una historia que ya pasó. Dios te quiere limpiar, lavar y hacer nuevo. Aunque este proceso pueda ser incómodo, debemos entender que ese pasado ya no queda bien en tu presente ni en tu futuro.

Imagina que el pasado es como un pedazo de tela vieja, ¿estarías dispuesto a ponerlo en ese vestido o camiseta que tanto te gusta? ¿Llevarías algo que no tiene valor ni funciona en la prenda nueva? Sería mal ilógico, ¿Verdad? .

Oremos:

Dios te pedimos que me liberes del pasado y sanes el dolor al recordarlo. Haz algo nuevo en mi vida y ayúdame a caminar con esperanza hacia el futuro. Se que estás haciendo algo nuevo, algo mucho mejor y mayor lo que yo pueda pensar. Amén.