Disciplina Espiritual

9 de noviembre 2025

“Ejercítate en la piedad, porque el ejercicio físico sirve de poco, pero la piedad es útil para todo, pues tiene promesa para esta vida presente y para la venidera.” 1 Timoteo 4:8 (NVI)

Así como un atleta entrena cada día para fortalecer su cuerpo, el creyente debe entrenar su alma. La disciplina espiritual no es un castigo, sino una forma de cultivar nuestra relación con Dios hasta que se vuelva parte de nosotros. No se trata de sentir ganas todos los días, sino de obedecer, incluso cuando no hay emoción, porque la constancia forja carácter y el carácter atrae la presencia de Dios.

Orar, leer la Palabra, congregarse, servir, ayunar o meditar en las promesas de Dios son “pesas espirituales” que fortalecen nuestro espíritu. Cada acto de obediencia, aunque parezca pequeño, te entrena para resistir la tentación, mantener la fe en la prueba y reconocer la voz del Espíritu Santo en medio del ruido del mundo.

Recuerda: el crecimiento espiritual no llega por accidente. Llega cuando decides mantenerte firme, incluso cuando nadie te aplaude.Porque lo que practicas en secreto, Dios lo recompensa en público.

Oración

Señor, enséñame a ser constante en buscarte, a no depender de mis emociones sino de Tu verdad. Dame la fuerza para mantener mis disciplinas espirituales, sabiendo que cada día de obediencia me acerca más a Tu corazón. Amén.