Déjaselo a Dios

14 de septiembre

“Encomienda al Señor todas tus acciones, y tus proyectos se cumplirán.” Proverbios 16:3 (NVI)

Muchas veces nos desgastamos tratando de controlar lo que no está en nuestras manos. Nos preocupamos por el futuro, por lo que otros piensan, por resultados que no dependen de nosotros. Eso no solo nos roba la paz, también nos hace olvidar que hay un Dios soberano que cuida de todo.

Nuestro papel es hacer lo que sí podemos: orar, trabajar con excelencia, tomar decisiones sabias, sembrar en obediencia. Pero hay un punto donde ya no depende de nosotros, y es allí donde debemos soltar y confiar.

Confiar en Dios no es pasividad, es reconocer que aunque sembramos y regamos, el crecimiento lo da Él (1 Corintios 3:6). Es saber que Su voluntad siempre es mejor que nuestros planes, aunque no la entendamos en el momento.

Cuando dejamos en Sus manos lo que nos sobrepasa, encontramos descanso, porque entendemos que el resultado final no depende de nuestra fuerza, sino de Su gracia.

Oración

Señor, hoy decido dejar en tus manos lo que no puedo controlar. Dame la sabiduría para hacer lo que me corresponde y la fe para confiar en lo que solo Tú puedes hacer. Rindo mi ansiedad y mis planes delante de ti, sabiendo que tu voluntad es perfecta. Amén.