En tus manos

13 de agosto

“En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Señor, Dios de la verdad.”— Salmos 31:5 (NVI)

Hay momentos en la vida donde sentimos que ya no tenemos control sobre lo que viene. Planificamos, trabajamos y oramos… pero hay situaciones que no podemos manejar, y eso puede generarnos ansiedad. Es ahí cuando Dios nos invita a confiar y a colocar todo en Sus manos.

Poner algo en las manos de Dios no es rendirse por derrota, sino rendirse por confianza. Es decirle: "Señor, yo no sé cómo, pero sé que Tú sí". Sus manos no tiemblan, no fallan, no se distraen. En sus manos hay poder para abrir puertas, cerrar heridas y sostenerte cuando sientas que te derrumbas.

Cuando entregas tu vida y tus cargas a Dios, no las dejas en manos de alguien improvisado, sino en manos del Creador, el que ya conoce tu historia de principio a fin. Jesús mismo, en la cruz, confió en esas manos diciendo: "En tus manos encomiendo mi espíritu". Si Él, siendo Hijo de Dios, descansó en ellas, ¿por qué tú y yo no lo haríamos?.

Hoy no cargues más lo que no puedes resolver. Coloca tu futuro, tu familia, tus temores y tus planes en las manos seguras del Padre.

Oración:

Señor, hoy decido entregarte lo que no puedo controlar. Pongo en tus manos mi vida, mis preocupaciones y mis sueños. Ayúdame a confiar que, aunque no vea todo claro, Tú siempre estás obrando. Amén.