NADA SE DESPERDICIA

2 de diciembre

Pero yo no estoy solo; el Padre está conmigo… En este mundo sin Dios seguirán enfrentando dificultades. ¡Pero ánimo! Yo he vencido al mundo. Juan 16:32-33

Cuando llegamos al final del año solemos mirar hacia atrás con una mezcla de gratitud y cansancio. Vemos despedidas, proyectos que cerraron, intentos que no funcionaron, oraciones que parecieron no tener respuesta, y momentos donde sentimos que dimos más de lo que recibimos.

Y sin darnos cuenta, empezamos a preguntarnos:¿Valió la pena?¿Sirvió lo que hice?¿Fue inútil lo que sembré?¿Mis esfuerzos, mis lágrimas, mis oraciones… se desperdiciaron?

Jesús nos responde con una verdad que sostiene el alma:Con Dios, nada se desperdicia.

La historia de Ana, en 1 Samuel 1, es una prueba viva de que Dios jamás deja inútil lo que se hace con fe, incluso cuando parece que nada cambia.

“Año tras año sucedía lo mismo.” (1 Samuel 1:7)Ana lloraba. Oraba. Esperaba. Creía.Y nada pasaba… todavía.

Pero mientras ella pensaba que sus oraciones eran gotas perdidas en el suelo, Dios estaba formando algo eterno.

Ella sembraba lágrimas, pero Dios estaba gestando un profeta.

Samuel no sería solo un hijo: sería juez, profeta, líder espiritual, y un instrumento para transformar a Israel.

Lo mismo pasa contigo.

• Nada de lo que hiciste por amor es desperdicio.

• Ninguna oración secreta es ignorada.

• Ninguna obediencia silenciosa es inútil.

• Ningún proceso largo es estéril.

Dios usa todo —tus victorias y tus pérdidas, tus avances y tus retrocesos— para formar algo que hoy no entiendes, pero mañana será un fruto eterno.

Así como un negocio de reciclaje toma lo que otros consideran basura y le da propósito, Dios toma tus historias rotas y las convierte en testimonio, madurez, carácter y gloria.

Él lo ve todo.

Como ese mecánico que te dijo:“Aunque nadie esté, Dios me ve.”Así mismo Dios ha visto cada paso tuyo, cada puerta cerrada, cada esfuerzo invisible, cada acto de fidelidad que nadie aplaudió.

Y un día, como Ana, vas a mirar atrás y decir:“Nada fue en vano. Dios contestó mi oración.”

Oración

Señor, gracias porque en tu Reino nada se desperdicia.Gracias por mis lágrimas, porque Tú las recoges.Gracias por mis oraciones, porque Tú las escuchas.Gracias por mis esfuerzos, incluso cuando nadie los ve.Recicla mis procesos, mis derrotas, mis sueños y mis intentos.Dame la fe de Ana para creer año tras año, día tras día.Dame paz para esperar, fortaleza para obedecer y esperanza para seguir sembrando.Confío en que lo que hoy parece estéril mañana dará fruto eterno.En el nombre de Jesús, amén.

Escucha este mensaje para profundizar: https://youtube.com/live/GS__f-rb2m0