Necesito Disciplina

Jueves 3 de julio

1 Corintios 9:27 (NVI)

“Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado.”

Todos tenemos grandes sueños, anhelos espirituales, metas personales… pero sin disciplina, esos sueños se quedan en buenas intenciones. Pablo, uno de los hombres más usados por Dios, entendía esto: no bastaba con predicar, necesitaba vivir con dominio propio y enfoque.

La falta de disciplina nos roba tiempo, propósito y paz. Nos distrae con placeres momentáneos, nos hace postergar lo eterno por lo urgente, y muchas veces nos deja con la sensación de que podríamos dar más, pero no lo hacemos.

Pero aquí hay buenas noticias: la disciplina no se trata de fuerza humana, se trata de rendición diaria. Es el fruto del Espíritu (Gálatas 5:23). No naces con ella, la construyes con Dios.

Hoy es el día para decir: “Señor, necesito disciplina. Ayúdame a ordenar mi vida, a poner límites, a ser constante, a dejar lo que no me edifica.” Dios honra a quienes lo buscan con determinación, incluso si hoy solo tienes un deseo débil de cambiar. ¡Él hará crecer ese deseo en ti!

OREMOS

Padre, reconozco que muchas veces me falta disciplina. He sido inconstante, perezoso, o he dejado que mis emociones dominen mis decisiones. Hoy me rindo a Ti y te pido que formes en mí una vida ordenada, guiada por tu Espíritu. Enséñame a ser fiel en lo pequeño, a establecer hábitos que honren tu nombre y a no rendirme cuando me cueste. Necesito tu ayuda, Señor. Hazme fuerte, hazme firme. Amén.