No des por normal tu cotidianidad

22 de mayo 2025

“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:18 (NVI)

¿Cuántas veces pasamos por el día sin detenernos a agradecer por lo que tenemos? Nos levantamos, comemos, trabajamos, hablamos con personas, y lo hacemos de forma automática… como si todo eso nos perteneciera o fuera simplemente parte del ritmo de la vida. Pero no es así. Cada detalle que vives hoy es una muestra del cuidado y la gracia de Dios.

Lo cotidiano no es común, es un milagro disfrazado de rutina. Tener salud, una cama, alguien que te escriba, una risa inesperada, incluso el silencio o un momento de descanso… todo eso es parte de la fidelidad de un Padre que no deja de cuidar de ti.

Dios no solo se manifiesta en lo sobrenatural, también se mueve en lo simple. A veces esperamos grandes señales para sentir que Él está con nosotros, pero se nos olvida que el hecho de abrir los ojos esta mañana ya fue un acto de amor divino. Que respirar sin ayuda, tener pan en la mesa, o ver el cielo al final del día, es prueba de que Dios sigue proveyendo.

No permitas que la costumbre te robe la gratitud.

No dejes que la rutina te haga olvidar que vives gracias a Dios. Cada día es un regalo inmerecido, una nueva oportunidad para amar, servir y acercarte a Él.

Oremos:

Señor, gracias por lo que a veces doy por hecho. Gracias por los días comunes, porque en ellos también estás Tú. Enséñame a tener un corazón agradecido, a encontrar propósito en lo cotidiano y a no dejar de asombrarme por tu fidelidad diaria. Amén.