Hay un tiempo oportuno para hacer cada cosa

La vida no es una carrera desordenada, ni un reloj que corre sin propósito. Dios, en Su sabiduría perfecta, ha ordenado cada temporada, cada paso y cada proceso que vivimos. A veces queremos acelerar lo que Él está haciendo, o detener lo que nos incomoda, pero la Escritura nos recuerda que hay un tiempo oportuno para hacer cada cosa.

Esto significa que no tienes que forzar puertas ni pelear batallas que aún no son tuyas. Tampoco debes desesperarte por lo que todavía no ha llegado. Cuando Dios marca una temporada, Él también la llena de gracia, de fuerza y de propósito. Lo que hoy parece retraso, mañana será evidencia de Su perfecta sincronía.

Hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar. Un tiempo para avanzar y un tiempo para esperar. Un tiempo para hablar y un tiempo para guardar silencio. Un tiempo para tomar decisiones y un tiempo para observar. En cada etapa, Dios está obrando, incluso cuando tú no lo ves.

El mayor error que podemos cometer es vivir comparando nuestros tiempos con los de otros. Tu proceso es Suyo, tu historia es única y tu ritmo está perfectamente alineado con Su voluntad. Si hoy estás en una temporada de espera, de preparación, de silencio o de movimiento, abraza ese momento. Dios no desperdicia ni un segundo.

Descansa: no estás atrasado.

Confía: no te falta nada.

Cree: Dios te llevará al lugar correcto, en el momento perfecto.

Oración

Señor, gracias por recordarme que todo tiene su tiempo bajo el cielo. Ayúdame a confiar en Tu calendario perfecto y a descansar en lo que estás haciendo en esta temporada de mi vida. Enséñame a no forzar lo que todavía no es, ni a temer lo que ya llegó. Dame paz, paciencia y discernimiento para vivir conforme a Tu tiempo. Amén.