Corazones compasivos

2 de julio 2025

"Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo." Efesios 4:32 (NVI)

Vivimos en un mundo que cada vez se muestra más duro, más indiferente al dolor del otro. Pero tú y yo, como hijos de Dios, fuimos llamados a ser diferentes. La compasión no es solo sentir lástima; es movernos por amor hacia la acción. Jesús fue el mayor ejemplo de un corazón compasivo. No solo sanó cuerpos, también abrazó almas, levantó al rechazado y tuvo tiempo para los pequeños.

Un corazón compasivo no señala, abraza. No juzga, entiende. No se aleja, se acerca.

Cuando permites que el Espíritu Santo te llene de compasión, tu vida se vuelve un canal de consuelo, de esperanza, de restauración. Es en ese momento donde tu testimonio cobra fuerza, y la gente no solo oye de Jesús… lo siente a través de ti.

Oremos:

Señor, haz mi corazón como el tuyo: sensible, compasivo, lleno de amor. Ayúdame a ver a las personas como Tú las ves. Que no me acostumbre al dolor ajeno, sino que me duela, me mueva y me impulse a amar. Úsame para llevar alivio donde haya sufrimiento, luz donde haya oscuridad, y esperanza donde haya desesperanza. Amén.