Cuidado con tus emociones

19 de septiembre

Todos enfrentamos momentos donde las emociones parecen tomar el control: la ira, la tristeza, la euforia, o incluso el miedo. Pero la Palabra nos enseña que si dejamos que nuestras decisiones se basen solo en emociones, corremos el riesgo de alejarnos del plan de Dios.

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y sin remedio; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9, NVI).

Esto no significa que las emociones sean malas, Dios mismo nos las dio. El problema surge cuando dejamos que sean ellas las que dicten nuestras acciones en lugar de permitir que el Espíritu Santo nos guíe.

Una decisión emocional puede traer consecuencias duraderas, pero una decisión tomada en oración y bajo la guía de Dios siempre traerá paz.

Las emociones suben y bajan como las olas del mar, pero la Palabra de Dios permanece firme como una roca. No permitas que un impulso momentáneo destruya lo que Dios ha venido construyendo en tu vida. Aprende a ser paciente, a esperar en Él, y recuerda: lo que se decide en calma y oración siempre será más sólido que lo que se decide en un arrebato emocional.

Oración:

Señor, ayúdame a no dejarme llevar por mis emociones. Enséñame a pausar, a escuchar tu voz y a obedecer tu dirección antes de actuar. Que mis pasos estén firmados en tu verdad y no en mis sentimientos momentáneos.