No necesitas ser igual

2 de septiembre

“De hecho, aunque el cuerpo está formado por muchas partes, no lo es por una sola, sino por muchas.” 1 Corintios 12:14 (NVI)

Vivimos en un mundo que constantemente nos empuja a compararnos. Las redes sociales, la sociedad, incluso nuestro entorno cercano, a veces nos hacen creer que debemos parecernos a los demás para ser aceptados. Sin embargo, esa es una mentira que nos roba gozo y nos aleja de la verdad de Dios.

Dios nos creó intencionalmente diferentes. Cada rasgo, talento y manera de pensar fue diseñado con un propósito. No se trata de encajar en un molde humano, sino de reflejar la multiforme gracia de Dios. Lo bello de ser diferentes es que esas diferencias nos hacen complementarios y, sobre todo, nos recuerdan que dependemos de Él.

El pie no necesita parecerse a la mano, ni el ojo al oído. Cada parte es valiosa porque cumple una función única. De la misma manera, tú no necesitas ser igual a los demás para tener valor o relevancia. Tu identidad y propósito están seguros en Dios.

Oración:

Señor, gracias por hacerme único. Ayúdame a rechazar la mentira de que necesito parecerme a los demás para tener valor. Enséñame a abrazar mis diferencias como un regalo tuyo y a usarlas para tu gloria.