Soy el Barro

Agosto 10 2024

“Como el barro en las manos del alfarero, así son ustedes en mis manos, Israel.” - Jeremías 18:6 (NVI)

Imagínate a un alfarero con un pedazo de barro en sus manos. El barro no tiene forma propia ni belleza, pero en las manos del alfarero, puede transformarse en una obra maestra. El alfarero sabe exactamente cómo moldear el barro, dándole forma con paciencia, cuidado y amor. De manera similar, Dios es nuestro alfarero, y nosotros somos el barro en sus manos.

Dios no nos moldea a la fuerza; nos da la libertad para decidir si queremos ser moldeados por Él. Él no nos obliga a cambiar, sino que con amor nos invita a permitirle que forme nuestra vida según Su plan perfecto. A veces, el proceso puede ser incómodo, como cuando el alfarero presiona o dobla el barro para darle la forma deseada. Sin embargo, cada presión y cada ajuste están llenos de propósito y significan que estamos siendo transformados en lo que Dios quiere que seamos.

Es importante recordar que el barro no se moldea a sí mismo. Del mismo modo, no podemos transformarnos por nuestras propias fuerzas. Necesitamos la guía del Espíritu Santo para que nos forme y nos convierta en personas que reflejen el amor, la gracia y la verdad de Dios.

A veces, podemos resistir el proceso, pero es precisamente en esos momentos que Dios nos llama a confiar en Él, sabiendo que sus planes son para nuestro bien. Cuando permitimos que Dios nos moldee, nos convertimos en vasijas que pueden ser usadas para su gloria, llevando esperanza y luz a un mundo necesitado.

Oración:

Señor, hoy me presento ante ti como un trozo de barro. Te pido que me moldees según tu voluntad. Ayúdame a confiar en tu proceso, incluso cuando sea difícil. Quiero ser una vasija que refleje tu amor y sea usada para tu gloria. Gracias por tu paciencia y amor al formar mi vida. Amén.