Tu fe necesita gimnasio

6 de agosto

Queridos hermanos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Santiago 1:2-3 (NVI)

Hay algo que todos sabemos: si no ejercitamos el cuerpo, los músculos no crecen. Puedes tener la mejor proteína, la mejor ropa deportiva, y el mejor gimnasio… pero si no entrenas, no pasa nada.

Lo mismo ocurre con la fe. Puedes tener una Biblia de estudio, playlists de adoración, y hasta asistir a reuniones poderosas… pero si no enfrentas desafíos y pruebas, si no obedeces en lo difícil, si no te mantienes firme cuando todo tiembla… tu fe se queda débil.

La fe no crece en la comodidad, sino en la resistencia.Cada vez que confías en Dios en medio del dolor, cada vez que sigues orando aunque no sientas nada, cada vez que obedeces aunque no entiendas… estás levantando peso espiritual.

Y sí, va a doler. Vas a querer renunciar. Pero justo ahí, en medio del cansancio, Dios está formando algo en ti que no se ve, pero pesa: constancia, carácter y una fe firme como roca.

Así como en el gimnasio, los resultados no se ven de un día para otro. Pero si eres constante, un día mirarás atrás y dirás: "Wow, mi fe ya no es la misma. Dios me ha fortalecido."

Oración:

Señor, hoy reconozco que mi fe necesita ser ejercitada. Ayúdame a no escapar de las pruebas, sino a enfrentarlas contigo. Dame la fuerza para seguir creyendo cuando todo parece oscuro. Que mi fe no sea de emoción, sino de convicción. Hazme fuerte en ti. Amén.