No recuerdo lo que hacía antes de Ti, Jesús

8 de septiembre

“De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo.” 2 Corintios 5:17 (NVI)

Cuando Cristo entra en nuestra vida, ocurre un milagro que no podemos explicar con palabras humanas: dejamos de ser los mismos. Nuestras viejas costumbres, los pecados que nos dominaban y la manera vacía en que vivíamos antes, ya no tienen poder sobre nosotros. Jesús no solo perdona, también transforma.

Muchos intentan cambiar por su propia fuerza y terminan frustrados. Pero lo que el evangelio nos enseña es que el cambio verdadero no viene de nosotros, sino de Cristo viviendo en nosotros. Él nos lava, nos limpia y nos reviste de una nueva identidad. Tanto así, que llega un punto en el que mirar atrás no tiene sentido, porque la vida anterior ya no nos define.

Es por eso que a veces ni siquiera recordamos lo que hacíamos antes, porque la gracia de Dios borra las cadenas del pasado y nos abre camino a una vida abundante. Somos nuevas criaturas, y esa es la mejor noticia: lo que fuimos ya no importa, lo que somos en Jesús lo es todo.

Oración:

Jesús, gracias porque me diste una nueva vida. Gracias porque limpiaste mi pasado y me diste una identidad nueva en Ti. Ayúdame a caminar cada día recordando que soy tuyo y que ya no vivo como antes.